El municipio de Oporapa, en el sur del Huila, ha sido incluido por la Misión de Observación Electoral (MOE) entre los 52 municipios del país con niveles de riesgo por inscripción atípica de cédulas, según su más reciente informe de seguimiento al proceso electoral rumbo al 2026.
El documento, basado en datos del Observatorio Político-Electoral de la Democracia, analizó el comportamiento de las inscripciones de cédulas entre el 8 de marzo y el 8 de junio de este año. Según la MOE, se han inscrito 55.524 personas en total, lo que representa una tasa nacional de 1,90 por cada mil habitantes, cifra superior en un 64,37% a la registrada en el mismo periodo en 2022.
En el Huila, se han realizado 751 inscripciones, con una tasa departamental de 0,88. Oporapa, en particular, registra una desviación estándar por encima del promedio nacional, ubicándose en el puesto 40 entre los municipios con mayor variación.
No obstante, la delegada del Registrador Nacional en Huila, Yanira Córdoba Rivera, aseguró que “el proceso se desarrolla con total normalidad” y que las cifras no son alarmantes. “En Oporapa se han inscrito 58 cédulas, lo que consideramos una cifra dentro de los rangos normales”, declaró.

El alcalde del municipio, Marco Antonio Molina, también expresó que las jornadas de inscripción se han realizado sin inconvenientes y dentro de los parámetros establecidos.
Los datos de inscripción por municipio en el Huila indican que Neiva lidera con 230 cédulas registradas, seguido de Pitalito (100) y Garzón (68). En contraste, municipios como Acevedo y Algeciras no han reportado ninguna inscripción, pese a contar con más de 15.000 habitantes.
La MOE también alertó sobre municipios en otros departamentos que presentan tasas de inscripción significativamente superiores, como Puerto Gaitán y Acacías en el Meta, y La Jagua del Pilar en La Guajira. Estos patrones, según la organización, podrían deberse a dinámicas locales, como migración laboral o desplazamiento por violencia, pero no descartan la posibilidad de irregularidades.
El informe recomienda a las autoridades electorales vigilar de cerca estos casos, especialmente en municipios que históricamente han registrado patrones atípicos. En ese sentido, la MOE insiste en la importancia de detectar fenómenos de trashumancia electoral, una práctica que podría esconder delitos como fraude en la inscripción o manipulación del electorado.